Tras Brujas y Gante, todo bien. Finalmente habíamos llegado a Bruselas dispuestos a descansar de tanto transporte público y darnos un baño de multiculturalidad y bilingüismo. Llegamos de noche, pero ni por esas iba a estar la ciudad vacía. No. Así que de nuevo los turistas, la Grand Place saturada, etc. De nuevo la ciudad dónde puedes hablar holandés o francés pero al final acabas recurriendo al inglés porque es más cómodo (y porque te entienden mejor). Damas y caballeros, Bruselas.
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Brujas & Gante Reloaded
Sí, volví a visitar Bélgica. También en dos días. Porque lo de estar mucho tiempo en el mismo lugar parece que no me motiva nada. Como ya pasó la anterior vez que vine a Bélgica, el primer día visité dos ciudades a la vez (aunque esta vez intercambiamos Brujas por Gante). La cosa es que en esta ocasión tocó lo de siempre, más transporte público belga. Porque somos unos masoquistas y nos encanta. Qué le vamos a hacer. Como son dos ciudades que ya he visitado y que en general tampoco tienen nada nuevo que contar, van juntas: Brujas y Gante. En otras palabras: va a ser una entrada relativamente corta.
Bruselas (II)
Seguimos en Bruselas. En la primera parte de esta crónica nos quedamos en la tienda de Tintín (se pronuncie como se pronuncie), y aún nos quedaba mucho por ver de la capital belga. Estábamos bien preparados: ya habíamos comido, el tiempo era relativamente bueno, estábamos en el centro de la ciudad y podíamos ir a cualquier sitio en metro. Veamos pues cómo nos fue el día y cómo volvimos a La Haya (Alerta: más transporte público belga).
Bruselas (I)
Tras un día de aventuras en Amberes y Gante, finalmente llegamos a Bruselas. Había sido un día agotador y el siguiente tenía pinta de ser bastante parecido. Curiosamente, no esperaba que Bruselas fuera a alargarse tanto, pero al final he tenido que dividir el día en dos entradas para no escribir un testamento. Así que nada, éstas son las anécdotas del segundo y último día de vacaciones en Bélgica: destino Bruselas.
Gante (Gent)
Preguntar a alguien su opinión sobre Gante sólo te lleva a dos alternativas: o Gante es “precioso, muy bonito, maravilloso, lo mejor de Bélgica” o es “un pueblito con dos plazas de mierda y una iglesia“. Tras haber estado allí ya un par de veces (sí, el blog va un tanto atrasado, qué le vamos a hacer), puedo decir que, en realidad, Gante es una mezcla de las dos opiniones: es un pueblo muy bonito, pero que se ve en una hora y pico (bueno, la zona turística, claro está). Veamos qué pasó tras salir de Amberes.